divendres, 18 de setembre del 2015

2020-CATALANES

No puedo estar seguro porque nací mucho más tarde, pero creo que en 1931 yo habría sentido entusiasmo ante la instauración de la República Con las mismas cautelas, creo que en 1936 habría defendido la República Pese a sus errores y horrores. Y, qué reme­dio, habría respaldado a Lluís Companys, el peor presidente de la Generalitat hasta Artur  Mas. La incom­petencia de Companys no tuvo remedio; su honor, al menos, quedó redimido con el fusilamiento. Companys amaba a Cata­luña Me siento incapaz de afirmar lo mismo sobre Artur Mas.
Miren, comparto la desgracia de la mayoría de españoles. La historia de España contiene numerosos episodios desgracia­dos, errores gigantescos, crímenes imperdonables. El franquis­mo fue una vergüenza y un fracaso, incluso en el ámbito eco­nómico: las democracias vecinas prosperaron más. Qué se le va a hacer. 1os españoles tuvimos que seguir siéndolo. Ni los menos patriotas, los más indiferentes ante los himnos y las banderas, como es mi caso, dejaron de sentirse españoles. Con­formados, indignados, felices o subversivos, españoles.
Soy catalán. Esta afirmación es tan estúpida como since­ra. Soy catalán y estoy en contra de la independencia. No amo de forma especial a España ni a Europa, pero una y otra me son cercanas, entrañables y, sobre todo, me convienen políticamente. 1a política consiste en un juego de intereses que sólo funciona bajo el imperio de la ra­zón; la razón me dice que España y Euro­pa me convienen. Ni me oprime el Go­bierno de Madrid ni me oprime el Gobier­no de Berlín. No me gustan, en general, las políticas que aplican. A otros, sí. Son cosas contingentes.
Desprecio a esos corruptos que se han envuelto en la ban­dera catalana. Comprendo a los cientos de miles (descuento a la citada minoría delincuente) que se manifestaron en Bar­celona. Opino que se equivocan, que se dejan llevar por los sentimientos, que han sido engañados. Pero son los míos Tanto los corruptos embaucadores como los idealistas, tanto los xenófobos como los solidarios. Pese al actual disparate, pese a los desastres que puedan venir, seguirán siendo los mí­os. Es amargo comprobar los límites de la racionalidad.


ENRIC GONZÁLEZ

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada