EL CAMBIO
DE DIRECCIÓN del supuesto proceso reclamado en ocasiones desde estas páginas
comienza a tejerse. Hemos hablado de ovillo, de madeja gorda y profunda que hay
que deshacer con la misma tranquilidad y paso firme con la que se ha engordado
la que ahora nutre el momento político. Societat Civil Catalana está en ello
aunque sea de forma tímida y con pocos recursos mediáticos. Y por ello ha
convocado una concentración en la plaza de Sant Jaume para el domingo 31 de
enero con una idea que nos suena mucho pero construida al contrario: El “procés” ens
roba.
Y es que
puede que el activismo proproceso esté desactivado. No hay nada más que
observar la poquísima gente que convocó la proclamación del president
Puigdemont como president de la Generalitat para percatarse de que, por muchas
razones, el poder de convocatoria parece cansado y anodino. Claro que eso no
significa que esté desactivado. Para nada. Sin embargo, los parámetros han
cambiado. Ello puede ser aprovechado por los que comparten todo lo contrario
para ilusionar o desenmascarar el discurso cotidiano de la política catalana.
Que el supuesto proceso cuesta dinero es un clamor. Para quien escucha, claro.
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